Strasbourg (Parte 2) Le Petit France el barrio mas tierno del universo
La zona turistica de Strasbourg se llama también la Gran Isla o Grande Île. Ello porque se encuentra bordeada de agua lo cual la hace aún más bella y además ideal para hacer tours fluviales.
Se puede tomar uno de estos barcos que nos pasean por todos los puntos importantes de la ciudad lo cual tambien es excelente para tener un panorama más amplio de la ciudad.
Esta zona se encuentra a 2 cuadras de distancia de la catedral lo cual tambien nos permite hacer el recorrido andando. La ciudad se ve en su mayoría como en estas fotos, edificios coloridos, de distintos aspectos y entre medio una casa de las Fachwerkhäuser alemanas, con timbrado de madera, no se nota pero la realidad es que en toda la zona céntrica las casas son bastante altas, las casas tienen un promedio de 5 pisos lo cual no se nota estando todas juntas pero es algo a tener en cuenta.
Al ser una ciudad altamente turística se intercalan las tiendas de souvenir con los cafés al aire libre y los restaurantes de todo tipo.
Los fines de semana los mercados de pulgas se ubican en distintos puntos de la ciudad ofreciendo todo tipo de antigüedades.
Entre los museos que podemos encontrar alrededor esta el Musée Historique de la Ville de Strasbourg o el Museo de la Historia de Estrasburgo.
El primer puente que cruzamos es el Pont Du Corbeau, uno de muchos pequeños puentes pero no por ellos menos histórico En la edad media muchos crímenes eran castigados con pena de muerte, este puente se utilizaba como plataforma de exhibición. En una particular jaula se ponía a los condenados a muerte y se los dejaba en exposición durante unos días antes de sumergirlos al rio para que mueran ahogados. Hoy esa parte de la historia quedo atrás y es uno de los puentes que nos introduce a la Gran Isla y a toda su belleza.
Del otro lado nos encontramos con uno de los museos más importantes de Strasbourg, el Musée Alsacien o Museo Alsaciano. Aquí todo lo que representa la tradición de la zona de Alsacia, desde instalaciones de antiguas habitaciones de tradicionales viviendas hasta artículos recuperados de distintos tiempos y épocas. Sin duda una parada importante para poder apreciar mejor el recorrido por Strasbourg.
Cada casa nos ofrece un color distinto y un diseño diferente.
Llegamos de nuevo a otro puente, el Pont St. Nicolas, sin una historia tan tétrica como el anterior nos devuelve a la Gran Isla para dirigirnos finalmente a la zona más famosa, hermosa, esperada del recorrido: La Petit France. La existencia de estos puentes a corta distancia uno de otro permite hacer un recorrido por el río ILL a modo de zigzag.
A pocos metros del puente llegamos a la Iglesia de Santo Tomas o L’Eglise St-Thomas, la iglesia ostenta el titulo de la más grande de la ciudad después de la catedral. Se construyó entre el siglo XII y el XV, originalmente católica hoy es Luterana. Lo más destacable de esta iglesia no es la estructura de la misma ni su arquitectura sino que dentro de ella se puede apreciar una de las obras maestras más importantes y valiosas de la escultura barroca francesa: El Mausoleo del Mariscal de Sajonia.
Al fondo podemos ya distinguir las figuras en mármol. Las mismas fueron talladas por el artista parisino Jean-Baptiste Pigalle y culminó la obra en el año 1777.
Puedo decir que quede sorprendida e hipnotizada. Observar las expresiones de los rostros y el «movimiento» de su cuerpo. Pareciera como que están congelados por tiempo determinado y que en cualquier segundo van a continuar con lo que estaban haciendo. Les invito a observar detenidamente los pliegues de las ropas y las forma en que las figuras se encuentran en medio de una acción, no están «quietas» por decir de una manera. No están posando paradas, sino que están en medio de una movimiento. Sin duda, arte.
El mausoleo fue ubicado en la iglesia por orden del rey a donde también fue trasladado el cuerpo en una gran ceremonial inaugural en 1777.
Cada una de las figuras tiene relación con los logros del mariscal, arriba, el escrito en francés dice: “A Mauricio de Sajonia, duque de Curlandia y de Semigallia, Jefe supremo de los ejercitos reales siempre victoriosos, Luis XV, autor de estas victorias y jefe asimismo, ha hecho erigir este monumento”
El mausoleo no es el unico tesoro que guarda la iglesia, por algo los locales la llaman La Petite Cathédrale o La Pequeña Catedral, el órgano que se ve al fondo es un órgano Silbermann del año 1741 que tuvo el honor de ser ejecutado por el mismo Wolfang Amadeus Mozart.
A lado se encuentra la copia de una carta que envió Mozart y donde menciona lo bello del órgano y que había ejecutado en él y que la gente lo reconocía en la ciudad.
Saliendo de la iglesia nos encontramos ya a pasos de La Petit France, y esta es la «entrada». En este lugar TODO parece sacado de un libro de cuentos, no son solo las casas coloridas y tradicionales, no son las flores que cuelgan de los balcones, no es la gente y el dulce idioma francés, no son los perros que descansan en la sombra mientras sus dueños disfrutan de un café, no es el agua que se desliza como una serpiente de cristal entre las casas y da ese toque romántico y atemporal, no, no es nada de eso sino es la suma de todo eso.
Este barrio fue en su tiempo, hogar de los pescadores y curtidores, las casas por ellos tienen una salida en el primer o segundo piso porque los curtidores necesitaban sacarlas a secar luego de haberlas limpiado en las aguas del canal.
A pesar de lo menciona el origen del este barrio no es tan romántico ni de ensueño como es ahora. El barrio adquirió este nombre porque en el siglo XVI explota una epidemia de sifilis y los enfermos debían ser ubicados en algún tipo de hospicio. El lugar elegido fue una de las casas a la entrada de lo que hoy conocemos como La Petit France. Aun no aclaramos el porque del nombre, es porque en ese tiempo la enfermedad de sífilis era llamada de «mal francés» o franzosenkrankheit en alemán. Asi denominaron al primer hospicio y luego toda la zona.
Me despido con mi fotografía preferida, una obra de arte, un disco de vinilo transformado en poema, convirtiendo las paredes de una simple calle en una pared que habla, para mi es el símbolo de Strasbourg, un lugar donde las calles son como muchas pero aun así son únicas, especiales y dicen mucho más de lo que esta escrito en sus carteles, nos hablan a cada uno y nos dicen lo que necesitamos escuchar.
Hasta la tercera y última parte de esta maravillosa ciudad!