Heiligenberg – Heidelberg – Un pozo misterioso, un anfiteatro nazi y mucho más
Heiligenberg es el Monte Santo donde se encuentra el Thingstätte, anfiteatro construido por los nazis, las ruinas celtas de años antes de Cristo, ruinas de monasterios romanos de la edad media y pozos de orígenes y tiempos misteriosos.
Heilingeberg es una de las dos montañas que se encuentran al costado de la ciudad de Heidelberg, la otra es la Silla del Rey o Königsthul. El nombre significa Monte o Montaña Sagrada y su origen proviene de Aberinsberg que luego pasó al nombre Allerheiligen-Berg que era el nombre que se le dio por su relación al monasterio Allerheiligenkloster que se encontraba en el Schwarzwald o Selva Negra.
Esta es la foto que nos indica los 439 metros que tendremos que caminar para llegar a la cima. La recompensa? Ruinas celtas, ruinas de la edad media, un pozo de orígenes misteriosos y un anfiteatro construido por los nazis.
Cabe destacar que el cerro Heiligenberg se ubica al frente de Heidelberg, y a pesar de encontrarse a metros de la ciudad más turística de Alemania es bastante complicado acceder a este lugar. En el centro de información al turista en Heidelberg no tienen informaciones al respecto y tampoco información que nos ayude a encontrar el camino. No existen omnibus, trenes o tranvías que nos lleven hasta arriba. Así que, se puede acceder de dos maneras: en vehículo particular o a pie. Existen también varios camineros especiales para los ciclistas pero los camineros no están recomendados para personas que no disfrutan del ejercicio. A pesar de ser hermosos y encontrarse rodeados de jardines y plantas exóticas, la subida es bastante pesada y la bajada no es apta para rodillas débiles.
El camino se inicia en la base del puente viejo y de allí un pasillo cuesta arriba que ya nos regala vistas excepcionales de la ciudad. Desde allí se accede al Philosophersweg que consiste en un caminero mucho más amplio y con una cantidad interesante de asientos y puntos de descansos para apreciar la naturaleza y el paisaje, apto para todas las edades y estados físicos. Desde allí, el camino se hace mucho más salvaje y pesado. Nos internamos en el bosque y continuamos camino hasta la cima. En total, dependiendo del ritmo personal, serían una hora y media o dos para llegar desde el puente viejo hasta la cima. La foto de abajo corresponde al primer tramo del camino.
La vista en uno de los sitios de descanso cuesta arriba. Se reconoce el puente viejo, el castillo, y arriba las dos antenas que nos indican «La Silla del Rey» o Königstuhl.
Llegamos al Philosophersweg. El philosopherweg significa Camino de los Filósofos y obtiene el nombre porque en el siglo 19 pasearon por allí varios filósofos, entre ellos Hölderlin, Eichendorff y Scheffel. A los costados del camino nos encontramos con todo tipo de jardines privados bien arreglados, además de distintos sectores para descansar.
El paisaje del caminero cuesta arriba pasando el Philosophersweg es completamente diferente. Aquí ya nos encontramos atravesando el bosque y los carteles son escasos. Es cuestión de seguir el sentido de la orientación y mucho sentido aventurero.
Casi llegando al punto más alto nos encontramos con un mirador que nos apunta la ciudad de Heidelberg, pero en este caso no es el casco antiguo, sino la ciudad nueva. Una vista diferente de la que estamos acostumbrados.
Llegamos así a nuestro primer punto de interés: Heidenloch. Este pozo se dice que es de la edad media y es objeto de años y años de estudio y también de muchas leyendas y especulaciones. Se cree que los celtas lo utilizaban cuando habitaron el monte y lo utilizaban también como lugar de culto. Luego se cree que en la edad media, los habitantes del monasterio San Esteban lo utilizaban como cisterna
La verdad es que cuando se investigó y se excavó fueron encontraron restos que coincidían cronológicamente con la historia, los mas nuevos iban siendo remplazados por mas antiguos a medida que aumentaba la profundidad. A los 52 metros de profundidad se encontraron con restos que se cree son de 1000 años antes de Cristo y que coinciden con los encontrados en los cimientos de la catedral de Speyer (ubicada a unos 20 km).
Muchos escritores especularon al respecto, Graf Von Zimmern dijo: «…en una ocasión un ganso fue arrojado y el mismo apareció en el Monasterio de Neuburg y luego el pozo fue rellenado». Asi tambien en otra ocasión un pastor suizo, Johann R., declaró que «el pozo fue construido para que satanás se sentase y declares sus falsas profecías.» El geografo Matthis Quaid dijo que «los niños cuentan historias de que un ganso blanco fue arrojado al pozo y al apaecerse en el Neckar había cambiado de color a negro.» Por supuesto también escribió sobre él Victor Hugo y así muchos más escritores y artistas lo harán. Alrededor de 1900 se relacionaba el pozo con asesinatos, monstruos y desapariciones que llegaron a oídos del gobernador, encargando este una comisión para la investigación al respecto. En el 2000 se publicó un libro con todos lo encontrado sobre este «archivo secreto» a modo de novela con el titulo «Heidenloch».
En fechas especiales, como noche de brujas, muchos acampan y aseguran ver cosas y ser testigos de acontecimientos extraños.
Lo cierto es que no se tienen muchos datos al respecto y que todavía se requiere más investigación para que desaparezcan las leyendas y los cuentos que aportan más al misterio y fascinación del Heidenloch.
A 50 metros del pozo esta la torre del antiguo Monasterio de San Esteban construida en 1094.
El Heilingenbergturm o la Torre del Monte Sagrado es una torre de observación construida en el siglo XIX con piedras del monasterio.
Abajo, la foto nos muestra los primeros restos de una parte del monasterio San Esteban. Estas ruinas están pegadas a la torre, pero se encuentran separadas por el Thingstätte del resto de las ruinas.
Pasamos esta sección y llegamos al estacionamiento donde una maqueta explicativa nos muestra las disposiciones de los lugares, un mapa nos explica los caminos a seguir y también unos carteles aclaran datos interesantes sobre la historia, todos ellos en idioma alemán.
Lo redondo que se ve en el centro es el anfiteatro, las ruinas están en la cima del cerro y, no aparece en la foto, pero más abajo del Thingstätte aparece el pozo y la torre que acabamos de ver.
Caminamos unos metros y llegamos al Thingstätte.
Thingstätte forma parte de los alrededor de 40 teatros y plazas que se construyeron en la época del Tercer Reich. Construido en 1935 con diseño de Hermann Alker para el Nacionalsocialismo o Nazis y fue utilizado como anfiteatro al aire libre para discursos y otras actividades. Cuenta con 56 filas de asientos y en la inauguración participaron mas de 20.000 personas a pesar de que el anfiteatro solo cuenta con espacio para 8.000 personas sentadas y 5.000 paradas. El lugar fue elegido porque se conocían indicios de que anteriormente era sitio de culto de los germanos al dios germano Wotan y todo esto aportaba importancia para el misticismo nazi. Se quiso utilizar como medio de difusión para propaganda nazi organizandose juegos y demás actividades pero en realidad la radio resultó un medio mas efectivo y eventualmente quedo en el olvido. El municipio de Heidelberg luego lo tomó para presentar obras de teatro y conciertos.
La inauguración estuvo a cargo del Ministro de Propaganda Joseph Goebbels el 22 de Junio de 1935. En esa fecha en su discurso dijo algo así: «En este edificio monumental, le hemos dado una expresión artística y monumental viva de nuestro estilo y nuestra visión de la vida. [ … ] Llegará un día en que el pueblo alemán le guiará en los proximos sitios de piedra con el fin de confesar a ellos en los juegos rituales a su novedad imperecedero de la vida «.
La gente se para en el medio y hace toda clase de ruidos ya que la acústica del anfiteatro es excepcional!
Hoy día, una de las fiestas mas grandes de la ciudad de Heidelberg se celebra en el Thingstätte el primero de mayo de cada año. Los jóvenes hacen fogatas y disfrutan de una fiesta nocturna al aire libre.
Subiendo más escaleras, pasamos un modesto restaurant donde se puede disfrutar de una cerveza y unos ricos platos y a unos pocos metros llegamos al punto cumbre de nuestro recorrido. La cima de la montaña.
Por su altitud y su ubicación geográfica se tiene indicios de que ya los Celtas habitaron esta zona, desde la primera mitad del primer milenio antes de Cristo. De esas ruinas celtas solo queda un doble anillo de murallas, ya que posteriormente fue habitado de nuevo y reconstruido en el mismo lugar. Mas adelante, y mucha historia de por medio, se convirtió en monasterio romano construyendose también una iglesia. Las actuales ruinas y paredes, según estudios, datan del año 1030 y constituyen una basílica, y las ruinas del Monasterio de San Miguel.
Subimos así la ultima de las escaleras del día para acceder al mirador que nos muestra una vista similar a la del mirador de madera cuesta arriba.
En la epoca romana, alrededor del siglo V antes de Cristo, se utilizó como zona sagrada y de ello se tienen pruebas gracias a las dos torres que todavía hoy se mantienen en pie. El lugar estaba dedicado al dios «Mercurius Cimbrianus» el relativo al dios germánico Wotan y este santuario se cree que subsidió hasta alrededor del año 600 después de Cristo.
En la parte inferior nos encontramos con los arcos representativos de la arquitectura romana. Esta habitación pertenece a una antigua cripta.
Recorriendo las distintas «habitaciones» podemos ver los carteles indicativos que nos explican a que uso correspondía cada habitación.
Hoy, por su tranquilidad y belleza natural, mucha gente utiliza el cerro como medio de esparcimiento, con sus bicicletas y todo tipo de equipo deportivo.
De vuelta nos dirigimos cuesta abajo y casi llegando a la ciudad nos encontramos con este restaurant.
Teniendo en cuenta que funciona desde 1472 no me sorprende que existan carteles alrededor que nos indiquen su ubicación.
Y sin planearlo, la calle nos llevó un poco más alla del puente viejo, dirigiéndonos al pequeño puente que mira a la exclusa. Lo cual es también un «espectáculo» ideal para disfrutar.
Una explicación rapida y sencilla es que la exclusa se utiliza por motivo del corte del cause navegable del rio. En este caso, se utilizan una «piscina» especial donde el barco entra, se cierran unas compuertas, se llena de agua hasta alcanzar el nivel superior de agua, y se abre la compuerta contraria para permitir al barco continuar con su recorrido.
Con este dato nos despedimos de Heidelberg, una ciudad llena, llena, llenísima de historias!