Koblenz (Parte 2) – La fortaleza Ehrenbreinstein y sus bellísimos jardines

Todavía dentro del teleférico, al llegar a los 118 metros de altura me sorprende un verde maravillosos de un jardín de ensueño. Resulta que, la fortaleza tiene un jardín gigantesco donde muchas personas hacen ejercicios o simplemente pasan el día disfrutando de la naturaleza.

Al bajar del teleférico, teníamos la opción de girar a la derecha y dirigirnos directamente a la fortaleza, o ir a la izquierda y disfrutar de una caminata por los jardines y llegar a un mirador que estaba indicado en uno de los mapas que se encontraban en el lugar. Decidimos caminar hacia los miradores, ya que me encantan las vistas panorámicas y la altura.

Este es el mirador. A pesar de que aparenta no ser tan alto, el accidentado terreno y su estratégica ubicación hacen que sea un mirador, no solo para observar Coblenza a 118 metros de altura, sino también, para tener una vista panorámica de las inmediaciones de la fortaleza de Ehrenbreinstein.

A los lejos se ven las murallas de la fortaleza. Existen diversos camioneros y asientos en donde uno puede sentarse a descansar y disfrutar del espectáculo natural.

Esta es la vista que se tiene desde el mirador. Y nuestro ya conocido Deutsches Eck, nos guiña un ojo desde donde está.

Al descender y dirigirnos hacia la fortaleza, tomamos uno de los caminos que iban por el centro del jardín.

Y entre las flores, no fuimos los únicos que no pudimos resistir a quitarles una foto, a sabiendas que era imposible retratar su belleza.

Al llegar a la entrada principal, nos recibe una tienda de souvenirs en donde se pueden alquilar auriculares para tener explicaciones en distintos idiomas. Existen puntos específicos a lo largo del recorrido donde las estaciones señalizadas sirven a los auriculares y así disfrutar de un recorrido mas completo y educativo.

Atravesamos el umbral de la fortaleza y sentimos empequeñecer ante las dimensiones de los muros.

A la derecha, un cartel nos indicaba la entrada a un museo y una exposición fotográfica. En el museo se presenta en maquetas, el progresivo crecimiento de la fortaleza. Empezando con el primer castillo en el siglo 11 y continuando a su crecimiento total al día de hoy.

La fortaleza sufre en 1801 la destrucción en manos de tropas revolucionarias francesas. Fue reconstruida alrededor de 1820 donde fue utilizada como base militar hasta 1918, cuando concluye la Primera Guerra Mundial.

Ya en la Segunda Guerra Mundial, la fortaleza siguió teniendo su valor estratégico debido a su ubicación. Por ello, sirvió como lugar para mantener a salvo los archivos y objetos de valor cultural de la ciudad.

Ademas de las maquetas, se muestra una serie de elementos que en su mayoría son reproducciones de muebles y armamentos de la época. Existen pabellones donde pueden revivirse momentos históricos que tienen como protagonistas a la fortaleza y al Deutsches Eck. Particularmente, disfruté la serie de fotografías del traslado e instalación de la estatua de Guillermo Primero en la Esquina Alemana. Es un museo que vale la pena visitar.

Es difícil saber que camino tomar una vez dentro de la fortaleza. Ya que no existe un orden o un recorrido específico a realizar.

Dentro de los distintos pabellones y caminitos, podemos imaginar escenarios de la vida en épocas de guerra. Escuchar conversaciones ficticias e inclusive fantasear con encontrar alguna entrada oculta o lugar escondido.

Este cañón, es lo único que queda de la época previa a la destrucción. El mismo recorrió un largo camino antes de volver a ser instalado en la fortaleza, ello debido a las constantes ocupaciones y relaciones políticas existentes a lo largo de los años. El caóon nunca fue utilizado, pero esta preparado para disparar balas de 80 Kilogramos.

En ciertas horas, se puede disfrutar de espectáculos, en donde vestidos acorde a la época, personajes invaden el recinto e interactúan evocando a las practicas de la época. Gritando de un muro a otro y contando anécdotas de la época en un pintoresco ambiente que mezcla la historia y la curiosidad del espectador.

Continuando con el recorrido se llega al punto mas alto, donde una terraza nos recibe. Un ultimo mirador y un agradable jardín alemán nos invitan a descansar las piernas y disfrutar de una cerveza con la vista panorámica de la ciudad de Coblenza y nuestro ya conocido Deutsches Eck.

Llamo mi atención una boda que se celebraba en ese lugar, ya que de donde vengo, no es algo común utilizar fortalezas y museos como sitio para celebrar una boda. Curioseando en los alrededores, imagine que no existe un lugar mas hermoso para celebrar dicho evento. Una fortaleza que se erige en la unión de dos ríos. Un matrimonio celebrado cuando dos almas se encuentran y se unen. Uno, un punto estratégico, refugio fortísimo y recuerdo continuo de eventos importantísimos en una historia y la otra, una fortaleza.

Nos montamos de regreso en teleférico habiendo recorrido la fortaleza, el museo y quedando pendiente hospedarnos en el albergue juvenil que hoy también forma parte de la zona. Nos despide Ehrenbreinstein con estas imágenes.

La Basílica San Castor – Basilika St. Kastor en alemán.

Al descender del teleférico, entre las ramas de los arboles asoma timidamente la arquitectura de la Basilica de San Castor. Es la iglesia mas antigua de la ciudad y un punto obligatorio del recorrido ya que forma parte de la zona denominada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco desde 2002. Fue construida alrededor del año 817 y tomo su nombre en honor a un misionero que trabajó en la zona del Mosel en el siglo 4.

Al frente, «Kastorbrunnen», una fuente construida en el año 1812 cuando Napoleón invadía Rusia, refresca a traviesos niños en los días calurosos que se divierten a la sombra de los arboles en medio del hermoso jardín que adorna a la Basílica.

Hasta el siglo 13, la basílica todavía se encontraba en las afueras de la ciudad. Hoy es el punto central turístico ubicándose a metros del Deutsche Eck y a pasos de la entrada de acceso al teleférico que lleva a la fortaleza de Ehrenbreinstein.

Cabe destacar que habiendo sufrido daños a lo largo de las distintas guerras y batallas, la iglesia pasó por varias reconstrucciones y modificaciones, las que se encuentran detalladas dentro en carteles y panfletos. A pesar de todo, las columnas y los detalles principales fueron muy poco afectados y son los originales los que hoy se encuentran en la iglesia.

En 1948 se logro juntar el dinero necesario para iniciar un proyecto de renovación que en su totalidad concluiría en 25 años. Los 25 años no fueron suficientes y las ultimas dos torres fueron restauradas en 1990.

Por dentro, los vitrales, el techo, las esculturas y la ubicación de las ventanas hacen una maravillosa combinación de arte y belleza acentuada en la penumbra por la iluminación estratégica de los rayos del sol.

Caminando por la ciudad, llegamos a una plazoleta donde esta placa estaba instalada en el suelo. En ella se lee una breve reseña sobre los daños sufridos por la ciudad de Coblenza en tiempos de guerra. Recibió un bombardeo de mas de 10.000 toneladas de bombas lo que tuvo como consecuencia la destrucción del 87% de la ciudad. Hoy, habiendo resurgido de las cenizas, se destaca como una de las ciudades mas lindas de Alemania cargada de historia y arte en cada rincón para disfrute de sus habitantes y los incansables turistas que recorren la ciudad.

Continué camino a la estación central de tren y de casualidad me encuentro con esta fuente, la cual reconocí de una foto que había visto en internet. Es una de las fuentes mas hermosas que vi en mi vida. Para mi, su belleza se encuentra en que en pocos metros resume la historia de la ciudad convirtiendo el sufrimiento y el resurgimiento en una obra de arte y una joya que hace lucir la valentía y la hermosura de los habitantes y su cuidad.

La fuente está en la plaza de «Goerresplatz» e inicia la historia cuando los romanos llegan a Coblenza a bordo de canoas a remos cargadas de vid. Es la primera de las 10 imágenes que cuentan 2000 años de historia. La fuente instalada en 1990 cuenta con un cartel explicativo para ayudar a los interesados en desentrañar la historia que allí se encuentra.

El imperio alemán, el intercambio de esclavos, las cruzadas, la caza de brujas, la Revolución Francesa, el periodo Prusiano, la destrucción de 1944 nos llevan a la ultima imagen que representa la Coblenza actual.

No es la única fuente, ni la ultima que verán en el recorrido. Aquí, una niña que juega con palomas, y otra más abajo que representa el Arca de Noé.

Esto es Coblenza, una ciudad maravillosa para recorrer y disfrutar en cada esquina de un pedazo de historia y otro poco de arte.

Hasta la próxima!!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

close